Large Image With Sidebar

Este año que va encaminándose hacia su final ha sido un año difícil. Y también sin duda muy extraño. A veces aún pienso que es una pesadilla. Pero es real. La vida es ahora distinta. Yo también soy distinto al de hace un año. Creo que he cambiado para mejor, he dado pasos hacia una mejor versión de mí, aunque sigo teniendo sombras. Todo está lleno de incertidumbre y no parece que vaya a cambiar la situación a corto plazo. Pero tengo mis versos, la poesía, la literatura, mi refugio contra las adversidades. Mi mundo interior, que me permite seguir creciendo, mientras fuera vivimos una pandemia. Nota: Preparo con ilusión un nuevo libro, aunque aún queda para que esté listo. Estoy escribiendo buenos poemas y supondrá un paso más en mi camino como poeta. Y eso me anima, me da calma....

Estos primeros días de otoño, me dejo invadir por la nostalgia. Pero al contrario que años atrás, donde esto me producía tristeza e incluso desesperación, ahora vuelvo la vista atrás con la mirada limpia, y miro lo vivido como lo que fue, un tiempo luminoso de mi vida, con sombras inevitablemente, pero sobre todo luces. Recupero sensaciones  y vivencias con la intensidad de entonces y siento temblores en mi cuerpo. Y cuando vuelvo al aquí y ahora, noto un resto de esa luz dentro de mí, la que me empuja hacia adelante, la que me permite seguir soñando....

Hoy he presentado mi último libro. Ha sido un acto entrañable. He estado rodeado de amigos. El lugar era estupendo. Sin haberlo pensado, el acto ha estado lleno de simbolismo. Por la fecha. Por los poemas. Y porque tú, musa, has estado de algún modo presente. Una buena tarde de otoño. Una tarde para el recuerdo....