En este mundo…

En este mundo…

En este mundo real donde ahora habito, un frío inconsolable sacude mi pecho, los días son todos iguales y con su paso monocorde van dejando un regusto amargo en la boca, como si saboreara la desdicha, el silencio se impone un poco más cada jornada. Si en un momento dado me pregunto por qué estoy aquí, mi conciencia exhibe un catálogo de culpas, ante ellas, bajo la mirada y continúo cabizbajo mis pasos hacia la nada que se ha convertido en mi paisaje.