Vivir

Vivir

En muy pocos días se han ido dos personas a las que conocía y apreciaba. Como dice el tango de Gardel, “sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando”, los demás seguimos aquí y uno comprende la fragilidad de toda existencia, la vulnerabilidad de la vida y el deber de vivirla con plenitud, de disfrutar cada momento. Ahora que ando sin un horizonte claro donde dirigirme, cada día, voy construyendo mi camino, con incertidumbres, pero también con la certeza de ser más consciente de cada paso que doy, siendo el aquí y ahora lo que guía mi rumbo.