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A veces me pregunto si los dioses no están jugando conmigo. Si no se entretienen mostrándome lo mejor de la vida y después quitándomelo. Pero así es mi vida....

A pesar de las circunstancias, que me mantienen en la incertidumbre y  me siguen poniendo la mayor parte de los días nervioso, a diario busco el equilibrio entre el trabajo agotador de horas y esos preciosos momentos a media tarde donde puedo bucear en mí, mirarme para dentro, alejarme del mundo, escuchar las voces de esos otros que me habitan. En ocasiones, se produce ese milagro del ensueño y surge el poema. Lo paso a limpio a mano, con letra cada vez más pequeña. Luego, tristemente, lo guardo....

Quizás porque nadie me lo había llamado, me sorprendió. Alguien me dijo el otro día que yo era un buscador. Y puede que lleve razón. Mi vida es buscar, en el mundo y dentro de mí, de hecho creo que en estos últimos años he encontrado algunos tesoros. Y cada uno de ellos, va haciéndome crecer como persona, enriquece mi pensar y mi sentir. Me hace un poco más consciente y un poco más sabio. A veces pensé que buscaba mi Itaka, e incluso que la había encontrado, pero se ve que el universo no pensaba lo mismo....

Hay momentos en los que uno vive experiencias que intuye van a marcar un antes y un después en su existencia. Esta semana he vivido uno de esos momentos. En estos días de silencio, de reflexión, de pensar y mirarse para dentro, he ido descubriendo cosas de mí que estaban muy ocultas, y la revelación ha sido sobrecogedora, emocionante, como acercarse a un secreto de uno mismo que ni siquiera yo mismo conocía.                  ...

En este tiempo extraño que vivimos, no todo es negativo. Por ejemplo, el silencio reinante, que por momentos nos sobrecoge por falta de costumbre, es propicio para la creación, también para mirarse por dentro, pensar en lo vivido, sentir de otra manera a las personas que quieres...

Me siento afortunado de estar bien y seguir en casa. Saco tiempo para pensar en lo verdaderamente importante y en lo que habitualmente teníamos y no valorábamos, pero ahora echamos en falta.De vez en cuando, las palabras me visitan y escribo sobre ello. Os dejo otro poema de estos días de confinamiento.   AIRE   Aire. Que revuelva mi pelo. Que recorra mi cara. Que despeje mi mente y me traiga recuerdos de paseos sin fin cuando fui caminante.     Aire. Que se lleve en su eco el sonido de pasos y palabras alegres que rebosan mi pecho cuando voy caminando.     Aire. Que atraviese mi ropa y mi piel y mis huesos, que me deje desnudo, que me lleve deprisa cuando voy a tu encuentro.  ...