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En estos días escucha uno muchos discursos sobre la bondad, el perdón y los buenos sentimientos. Y está bien que al menos una vez al año nos acordemos de ellos. Puede incluso que hagamos, entre la vorágine de propósitos para el año que comienza, una declaración de buenas intenciones, a sabiendas que como todo lo demás, difícilmente se cumplirá. Me miro para dentro y me doy cuenta que soy capaz de perdonar a los demás, pero no de perdonarme a mí mismo. Y es esa conciencia la que hace que no disfrute del todo de estos días navideños. Además este año se suma una profunda tristeza contra la que lucho pero que no he sido capaz aún de vencer....

Se acerca un nuevo año y está lleno de incertidumbres. Creo que una parte de mí sigue en la ceguera. Por eso soy incapaz de ver y apreciar las cosas buenas que tengo en mi vida. Y aunque hago planes para el próximo año, no generan en mí la alegría de otras veces. Como si fueran destinados a otra persona. A pesar de todo, espero tener las fuerzas suficientes para aguantar el devenir de los próximos meses y que sea capaz de salir de esta tormenta en la que me hallo....

En estos últimos días del año siento que todo se desmorona, que no tengo fuerzas ni tan siquiera para intentar detener el derrumbe de lo que ha sido mi mundo, aunque no fuese real, para mí lo era. Y es sobre estas ruinas, donde ahora estoy sentado, donde contemplo el año que se anuncia con estos días grises y un atisbo de lluvia.  Ayer me dijeron cosas muy hermosas, pero mi corazón es incapaz de salir de su pesadumbre aunque lo intente y no me animaron como lo hubiesen hecho en otra situación. Creo que aún tengo restos de velo sobre mis ojos y me impiden ver las pequeñas flores malvas, azules, blancas...

El vacío se hace más grande cada día. Es una sensación física que comenzó en la boca del estómago y va creciendo. Ahora lo noto también en el pecho. Siento mucho frío y una gran tristeza, lo que sientes cuando se apaga la última llama del fuego que te daba calor. Cuando presientes el final de un milagro y la vuelta a la oscura y húmeda cueva de la soledad....

Como me han dicho hoy, soy un buscador. ¿Qué ando buscando? ¿El amor? ¿La felicidad? Creí haberla encontrado, pero no ha sido así. Tal vez mi lugar en el mundo, un modo de ser y estar que me haga sentirme bien y haga sentirse bien a los demás. Puede que sea un buscador, pero no sé qué busco ni hacia dónde voy....